Y no, no tiene nada que ver con “no quererlos”. Los amamos. Son parte de la familia. Pero siguen siendo animales, y su cuerpo está lleno de microorganismos que tu cuerpo NO está hecho para recibir.
Los médicos lo vemos todo el tiempo:
Hongos que provocan manchas rojas en la piel.
Sarna que se pega solo con dormir piel con piel.
Bacterias que causan infecciones en ojos, piel y hasta en la sangre.
Parásitos como Toxocara o Dipylidium, capaces de afectar los pulmones, el hígado e incluso la vista.
¿Qué lo provoca? Dormir con tu mascota pegada a tu cara, compartir almohada, recibir lamidas cerca de los ojos o la boca, o estar en contacto con su piel si tiene pulgas u hongos.
Un simple abrazo nocturno puede convertirse en una infección que no viste venir.
¿Entonces qué hacer? El doctor lo resume así:
Mantén a tu mascota desparasitada cada 3 meses.
Trata pulgas y garrapatas de inmediato.
No compartas almohadas con tu perro o gato.
Si tiene hongos o sarna, no duermas con él hasta que esté tratado.
Lava tus manos si te tocó la cara o te lamió.
Cambia sábanas si tu mascota sube a la cama.
Dormir con tu mascota NO es malo… lo peligroso es hacerlo sin higiene y sin desparasitación.
Cuídalos. Ámalos. Pero también cuídate a ti.
La imagen fue creada con fines ilustrativos y no corresponde a una fotografía real.
🐾 estas recomendaciones son para orientarte pero no reemplaza la opinión de un profesional. Si notas algo extraño en ti o en tu mascota, acércate a tu veterinario o médico de confianza.









0 comentarios