Ingredientes:
2 cucharadas de azúcar (blanca o morena).
1 cucharada de aceite de oliva extra virgen.
Preparación:
Coloca las dos cucharadas de azúcar en un bol pequeño.
Añade la cucharada de aceite de oliva.
Mezcla bien hasta formar una pasta granulosa pero manejable.
Modo de uso:
Lava la zona que deseas exfoliar con agua tibia para abrir los poros.
Aplica la mezcla directamente sobre la piel húmeda.
Masajea con movimientos circulares suaves durante 2 a 3 minutos.
Enjuaga con abundante agua tibia y seca con una toalla limpia.
Para potenciar el efecto, aplica una crema hidratante ligera después del tratamiento.
Recomendaciones:
Este exfoliante puede usarse en manos, codos, rodillas, pies e incluso en el rostro, siempre y cuando se haga con suavidad. Lo ideal es aplicarlo una o dos veces por semana, ya que un uso excesivo podría irritar la piel. Además, si deseas un toque extra de frescura, puedes añadir unas gotas de jugo de limón, aunque en ese caso se recomienda no exponerse al sol inmediatamente para evitar manchas.
Con solo dos ingredientes lograrás una piel mucho más suave y radiante, eliminando impurezas y recuperando ese brillo natural que tanto deseas. La constancia es la clave para ver resultados duraderos, y lo mejor de todo es que lo haces de forma económica, natural y segura.
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