Ingredientes
1 cucharada de pimienta negra entera (¡la molida del supermercado no sirve igual!)
½ taza de aceite de oliva extra virgen o aceite de coco
Un mortero o molcajete
Pasos:
Muele la pimienta hasta que quede bien finita. Vas a oler ese aroma delicioso que te transporta a la cocina de tu abuelita.
Calienta ligeramente el aceite (tibio, nunca hirviendo).
Mezcla la pimienta molida con el aceite y deja reposar 30 minutos para que la piperina se libere por completo.
Cuela si quieres (o déjala con los granitos para mayor potencia).
Cómo Aplicarlo para Resultados que Te Van a Sorprender
Calienta un poquito la mezcla en tus manos
Masajea la zona dolorida (rodillas, hombros, manos, espalda) con movimientos circulares durante 10-15 minutos
Ponte unos calcetines o una camiseta vieja para no manchar las sábanas
Duérmete sintiendo ese calorcito rico que va soltando todo
Al día siguiente vas a despertar como nuevo. Palabra de quienes ya lo probamos
Adiós rigidez matutina: te levantas y las rodillas ya no suenan como puerta vieja
Subes escaleras sin agarrarte del pasamanos como si fuera salvavidas
Tus manos dejan de hincharse y vuelves a cerrar el puño sin dolor
El dolor de espalda baja después de estar sentado viendo tus novelas favoritas desaparece
Puedes cargar a tus nietos otra vez sin que se te escape un “¡ay!”
Duermes toda la noche sin despertarte por el dolor
Vuelves a caminar al mercado, a misa o al parque sin miedo
Carlos, 68 años, de Monterrey: “Volví a jugar dominó sin que me duelan los hombros”
Carlos había dejado el dominó con los compas porque no aguantaba estar sentado. Con el aceite de pimienta lleva ya 3 meses echándose su masaje nocturno y ahora hasta organiza los torneos en su casa. “Mis amigos piensan que me inyecté algo, pero yo solo les digo: pimienta negra, señores, ¡pimienta negra!









0 comentarios